La moda del marketing olfativo

El Marketing Olfativo está cada vez más de moda. Son cientos las cadenas de Retail que tienen un olor particular en sus tiendas, que puede notarse desde varias calles de distancia en algunos casos. Al igual que con el sonido, buscan asociar su marca a un olor particular concreto, pero… ¿no se están pasando?

Desde que se puso de moda la utilización de difusores de aromas en las tiendas de Retail para la difusión de un aroma que fuera reconocible por el usuario de la tienda, casi todas se han apuntado al carro.

Debo aclarar que estoy bastante a favor de tener en cuenta el olor que tiene tu marca. Me parece ideal asociar un olor concreto a tu tienda o cadena de tiendas, para que el usuario se sienta identificado con tu marca y tu olor específico. Con una búsqueda en Google sobre Marketing Olfativo nos aparecerán algunas empresas especializadas en crear olores para nuestro negocio. Lo que hay que tener en cuenta es que tu tienda ya huele de una determinada manera por defecto, te guste o no: los productos expuestos, el olor corporal de los trabajadores, los perfumes y cosméticos que usen tus empleados e incluso el jabón y suavizante que usen para lavar los uniformes, hace que en conjunto exista un olor concreto que se repite con el tiempo. Estas empresas especializadas se encargan de crear un olor para colocar en un difusor y que éste se repita en todas las tiendas o franquicias asociadas.

Pero… ¿dónde está el límite?

Resulta mucho más agradable un perfume diseñado para tu marca que un olor corporal de un trabajador al final de su jornada. Eso es innegable. El problema viene cuando la concentración del perfume es tan potente, que al pasar cerca de una tienda ya te esté picando la garganta, los ojos o directamente te cueste respirar. Y eso sin ser una persona con ningún tipo de enfermedad respiratoria o hipersensibilidad química. Ahí tenemos un problema. Ojo, el problema lo tiene la marca.

Ya son algunas cadenas que tengo tachadas en de mi lista porque me resulta imposible permanecer dentro de la tienda durante más de 5 minutos sin que me pique la garganta o me moleste el exceso de perfume en su espacio. Y algo que previamente se considera bueno, asociar un olor específico a una marca, se convierte en algo totalmente contrario a la idea inicial para la que se concibió. Y resulta un daño importante para la marca, no controlar el nivel justo del difusor para que el olor no acabe convirtiéndose en un horror.

Otro día ya hablaremos de porqué se le llama Marketing Olfativo a algo que considero más propio del Branding que del Marketing.