Concéntrate de Harriet Griffey | Review

En el momento que decidí dedicarme a escribir este blog, me pareció una buena idea dedicarle algunos post a ciertos libros que creo que pueden ayudar a algunos o a todos mis lectores, o que por lo menos, me han ayudado a mi. Algunos podréis ver las Reviews de los libros que leo y me interesan en GoodReads o incluso en Amazon. Pero a ciertos libros, creo que es mejor dedicarles un post entero, y este es el caso que hoy nos ocupa.

El libro del que quiero hablar hoy se titula «Concéntrate» y está escrito por Harriet Griffey (ISBN: 978-84-8460-945-2). Decidí comprar este libro al darme cuenta que en ocasiones mi mente se dispersaba tanto que no me permitía concentrarme tanto como a mi me gustaría. Solemos tener tantas cosas en la cabeza y solemos estar tan pendientes de cualquier estímulo externo que nos dejamos llevar por las interrupciones constantes que hay a nuestro alrededor y eso nos hace perder la concentración con facilidad. Cuando lo encontré en una estantería, me atrajo tanto que decidí comprarlo, y leerlo. Una vez acabado el libro, es el momento de desgranarlo.

En el libro se explican los problemas de concentración que tiende a tener la sociedad actual, problemas mayoritariamente basados en malos hábitos adquiridos con el tiempo, y que pueden resultar un problema serio para nuestra capacidad de concentración. El libro está escrito en un lenguaje bastante fácil de comprender, pese a tener algunas explicaciones médicas o científicas sobre el tema del capítulo. Explica varias técnicas y hábitos saludables para ayudarnos a concentrarnos mejor, y también hay un apartado específico para los niños. Para aquellos que tengan hijos o piensen tenerlos, puede resultar un capítulo útil, pues nos muestra formas de ayudar a los niños a concentrase y obtener un rendimiento mayor.

Sin tener intención de desvelar mucho el libro, creo importante hacer mención especial a ciertos hábitos a los que muchos estamos demasiado acostumbrados y que nos deberían hacer reflexionar sobre nuestro modo de vida, así como técnicas para ayudarnos. En ningún momento el libro trata de adoctrinarnos hacia el mundo de la no tecnología ni hacia la desconexión, ni se centra demasiado en ello. Lo que si nos hace plantearnos un ritmo de vida más dispuesto a mejorar nuestras capacidades de concentración cambiando ciertos hábitos mal aprendidos.

Hiperconectividad. Uno de los malos hábitos a los que más rápido nos hemos acostumbrado es al de estar siempre conectados. Nuestro cerebro está siempre alerta de cualquier sonido, vibración o aviso. ¿Alguna vez has notado como vibraba el teléfono y al mirar no había ningún mensaje nuevo? El cerebro está tan pendiente de esos avisos que se los acaba inventando. Además, alguna gente tiene la costumbre, no solo de estar pendiente, si no que además responde siempre en el momento. Una llamada de teléfono se puede contestar al momento, o no contestar. Un e-Mail se puede contestar al momento o no contestar, pero también existe la opción de contestarlo en otro momento que sea más propicio. Saber gestionar las tareas ayuda mucho a la concentración y a dedicarle el tiempo adecuado a cada cosa. Es importante sobretodo saber fijar la concentración en lo importante en cada momento. Me quedaré con una frase de Abraham Lincoln que dice: «Dadme seis horas para talar un árbol y dedicaré las cuatro primeras a afilar el hacha.

Multitarea. Uno de los grandes mitos asociados a la tecnología es la supuesta capacidad del ser humano en dividir su cerebro para dedicarle recursos a varias tareas a la vez. Si bien, alguna gente se cree capaz de hacerlo, esto no es cierto o no en la parte consciente. El cerebro tiene la capacidad de aumentar el nivel de estrés para estar pendiente de muchas cosas concentrándose de una en una durante un corto periodo de tiempo. Esto consigue que algunos tengan la sensación de ser Multitarea, como los ordenadores, pero en realidad solo podemos gestionar correctamente una tarea a la vez. Cuando la gente se acostumbra a esto pasan cosas como tener «lapsus de memoria» o perder el hilo. Un ejemplo muy gráfico sería cuando empiezas con una tarea, te interrumpe un mail, lees el mail, te dedicas a hacer lo que te piden por mail, al abrir un archivo relacionado con ese mail recuerdas otra tarea pendiente y para no olvidarla, abres ese documento, mientras lo haces recibes un WhatsApp en el que piden una cita para comer hoy y donde, e inevitablemente empiezas a pensar en que te apetece comer y en que lugar quedar con esa persona. Y llegados aquí, muchas veces, ni te acuerdas de que habías empezado a hacer. En el libro explican el porqué pasa esto, y como el cerebro es capaz de aumentar la atención durante un pequeño espacio de tiempo, pero cuando ese espacio de tiempo es una jornada completa, se crea una necesidad de estrés mental que no es nada buena. Adquirir el hábito de poder concentrarnos plenamente en lo que tenemos que hacer consiguiendo que ningún agente externo nos distraiga, será una buena costumbre para el futuro.

Gestión del estrés. Si a lo escrito en el párrafo anterior sumamos las tareas del trabajo con las obligaciones familiares y otros problemas, vemos que el cerebro trabaja demasiado. La gestión del estrés es una de las mejores técnicas que podemos aprender a usar. Cuando apretamos a nuestro cerebro para que esté siempre trabajando, acaba por acostumbrarse al exceso de estrés y puede generar ansiedad. Puesto que el gran problema que tiene el cerebro es el intentar asimilar y procesar toda esa cantidad de información, saber gestionar las tareas, y dedicarle tiempo a todo, pero en su momento más propicio, consigue que el cerebro no esté siempre alerta y tenga tiempo para activarse en el momento necesario. Haciendo una comparativa deportiva, para que nuestro cuerpo sea capaz de llegar a hacer una maratón hay que entrenarlo haciendo Running de forma habitual, pero estar todo el día corriendo no será nada bueno para eso. Si eso lo pasamos al cerebro la comparativa es muy acertada. Tener la cabeza «dispersa» sería lo más parecido a tener agujetas en el cerebro. Cuando necesitamos concentrarnos de la manera adecuada y explotar todo nuestro potencial, el cerebro debe estar descansado y preparado. Pero si sometemos el cerebro a un estrés de pensamientos durante todo el día, solo conseguimos cansar el «músculo» mas importante del ser humano. Aprender a relajarnos, ordenando nuestras tareas y dedicándole tiempo específico a cada cosa será muy beneficioso para nuestra capacidad de concentración.

Cuando es inevitable. Cuando en ciertas ocasiones llegamos al punto de «no poder concentrarnos» por culpa de distracciones externas o en ocasiones de distracciones propias, saber darse cuenta de ello es le primer paso importante para pararlo. Saber parar la mente, focalizar la mente y aprender a respirar bien, puede ayudarnos a parar la «rueda» de pensamientos. Y una vez lo conseguimos podemos ponernos de nuevo. Y como todo en esta vida, la práctica lleva a la eficiencia.

Conclusión:

Estos son solo algunos de los puntos que me parecen relevantes para la temática del blog, pero en el libro se tratan más y mejor los temas que aquí expongo. Y lo más importante, se habla de varias técnicas de relajación, concentración y otros hábitos saludables para mejorar la capacidad cerebral. En mi opinión es un libro que estaría en mi estantería de «obligada lectura». Puede ayudarnos a todos a mejorar nuestras capacidades, y no resulta pesado de leer.

Añado enlaces que pueden resultar de interés.


Web de la autora: harrietgriffey.com

Os dejo su Blog: theartofconcentration.blogspot.com.es

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