YouTubers en contexto.

En este post voy a intentar tratar el “fenómeno” YouTubers y ponerlo en contexto para darle información a los no iniciados sobre qué es eso del YouTuber.

Un YouTuber es una persona que se dedica a producir contenido de carácter audiovisual para ponerlo a disposición de todo el mundo mediante la plataforma YouTube.

Actualmente existen millones de creadores de contenido que suben vídeos a la plataforma a diario. Algunos de ellos son personas de cualquier tipo que graban algo con su teléfono o cámara y lo publican en YouTube para compartirlo amigos, familia o para todo el mundo, y otros de ellos son profesionales de la comunicación que se dedican a hacer un contenido audiovisual con un formato semejante al que se puede dar en Televisión, creando lo que se podría conocer como un “programa de televisión” de cualquier índole (Culinario, informativo, entretenimiento…) pero prescindiendo de intermediarios de cualquier tipo.

Una vez explicado esto, vamos profundizar un poco más. Suponiendo que los lectores sean Españoles residentes en España, la mayoría conocerán quien es Karlos Arguiñano. Un cocinero bastante famoso en nuestro país que tiene uno de los programas de cocina más vistos de los últimos años. Éste ha ido cambiando de cadena de televisión con los años. Ahora imaginemos que hiciera su programa y no lo emitiera por televisión. Imaginemos que lo colgara en YouTube. Pues eso lo convertiría en YouTuber.

¿Que ventajas tiene esto?

La emisión de contenido audiovisual por televisión en España requiere de una serie de protocolos iniciales antes de poder emitirse en una cadena generalista. Primero hay que conseguir que una productora quiera hacer nuestro programa, después se suele probar en alguna televisión local o regional, si el formato funciona y se considera viable, se pasa a la televisión nacional. Por lo general, el riesgo suele ser tan alto que directamente no se produce contenido nuevo, se suele comprar el que ya funciona. Así la televisión en España está plagada de programas o adaptaciones de programas que ya han probado su viabilidad en otros países. Y todo esto, no lo decide la audiencia, no, lo deciden los propietarios, administradores o reguladores, productores jefes de adquisiciones, o productoras. Y esto en España está controlado por 4 grandes grupos editoriales. La audiencia decide finalmente si el contenido se mantiene en antena o no.

En cambio, YouTube no funciona así. Ahí está la gran diferencia.

El contenido democrático.

Un creador sube el contenido a la plataforma, el que quiera, siempre y cuando la política propia de la plataforma lo permita y no esté protegido por derechos de autor. No tiene que pedirle explicaciones a nadie. Tiene una idea, la graba, y la sube a YouTube.

Cuando el contenido mayoritario es capaz de aburrir a la audiencia, ésta acaba buscando nuevo contenido: fresco y diferente. Las nuevas tendencias actualmente nacen, crecen y se reproducen en internet. Y esto significa que el contenido que está en el TOP de YouTube actualmente está ahí porque su audiencia le ha permitido estar.

[eltdf_blockquote text=»“Veo tu propuesta y si me gusta, la sigo, la comento y la comparto.”» title_tag=»h2″ width=»»]

Este contenido es tan bueno y tan malo como el espectador quiera que sea. Está claro que el creador tiene algunas maniobras para conseguir que su contenido sea más visto, pero ésto no significa que guste más. Si el creador tiene contenido atractivo para su audiencia, ésta se lo recompensa compartiéndolo y consiguiendo visitas y visionados.

“Es que a mi lo que hacen me parece una mierda.” Cuñado estándar.

Bien, perfecto. No lo veas. Que un YouTuber sea famoso no significa que te vaya a gustar. De la misma forma que hay contenidos en televisión que no me gustan, pero a gran parte de la audiencia televisiva sí. Si bien esta frase es una de las frases más repetidas en una conversación en la que se habla de YouTubers, hay que tener en cuenta que el buen gusto y las audiencias no tienen porqué ir de la mano. Por otro lado el contenido de nicho es perfectamente válido y encuentra en esta plataforma su mejor virtud. Si bien los Vlogs son la tendencia mayoritaria, existen gran cantidad de canales alternativos que hablan sobre fotografía, boxeo o ciencia.

Las nuevas generaciones consumen diferente.

Ya no es una cuestión de contenido, también de forma de consumirlo. El usuario de YouTube mira los vídeos cuando quiere, donde quiere y como quiere. No hay un horario nocturno donde ver un late night, ni un un horario de mediodía donde ver una serie cómica facilona. No, ahora el cliente decide cuando quiere ver y el qué. A pesar de que esto ya lleva unos años funcionando, parece que todavía no se ha entendido demasiado bien y es por ello que los grupos editoriales, discográficas o productoras audiovisuales no acaban de funcionar en este nuevo modelo. Ahora manda el cliente. Pero de verdad, no como antes. El poder lo tiene el consumidor. Y gracias a esto estamos viendo como los medios cambian, las noticias se leen en Twitter, la vida se comparte en Facebook, el entretenimiento se mira en YouTube y Snapchat. El Smartphone es la nueva TV y la TV se ha convertido ya en “la radio” del ayer.